Estrasburgo o ‘Strossburi’ (dicho en alsaciano) es la capital histórica y cultural de esta región francesa del Bajo Rin. Su centro histórico está declarado Patrimonio Unesco de la Humanidad desde 1988.
Nos alojamos en una buena zona del centro histórico llamada Contades, en el Cap Europe Appart’Hotel, a pocos minutos andando de los puntos claves de la ciudad. Llegamos de Colmar durante la tarde noche con el mismo tren que habíamos ido días atrás, un trayecto de 25-30 minutos a 12’90€. Esa noche paseamos por la plaza de la Cathédrale de Notre Dame, para verla iluminada y disfrutar de los mercadillos que la rodeaban.
Junto a nuestro barrio se encontraba un edificio con una peculiar fachada, conocido como la Casa Egipcia.
A la mañana siguiente, fuimos caminando durante media hora, a pesar de la llovizna, hasta la sede de la Eurocámara y demás instituciones parlamentarias, como el Tribunal de Derechos Humanos.
De vuelta al centro, atajamos camino por el Parc l’Orangerie. Una de las cosas que más nos gusta de las ciudades que visitamos son sus enormes parques, quizá será porque en Cádiz no tenemos nada parecido. Como era bastante temprano y llovía, el parque estaba prácticamente vacío, así que disfrutamos largo rato haciendo fotos entre sus hojas secas.
En la Place de la République, en la zona de Neustadt, se encuentran importantes edificios, entre ellos, La Bibliothèque national et universitaire, segunda más grande del país; Le Palais du Rhin, un antiguo palacio donde se alojaba el emperador alemán cuando visitaba la ciudad y Le Théâtre National de Strasbourg. En el centro de la plaza, la estatua de una mujer llorándole a sus dos hijos muertos durante la guerra, conmemora a los fallecidos tanto de Francia como de Alemania.
La Église Saint-Paul construida entre 1892 y 1897 durante la época del Territorio Imperial de Alsacia y Lorena y diseñada por los miembros luteranos de la guarnición imperial alemana destinada a Estrasburgo.
Frente a esta iglesia, empezamos a adentrarnos en uno de los barrios más llamativos de Estrasburgo, la Petite France, donde antiguamente habitaban pescadores, molineros y curtidores de pieles.
En la zona de los Ponts Couverts podemos ver el Barrage Vauban, un puente vertedero y una obra defensiva erigida en el siglo XVII.
El plato fuerte de Estrasburgo sin duda alguna es su catedral. Es simplemente impresionante. Nos hubiéramos quedado mirándola durante horas. Fue construida a lo largo de cuatro siglos, entre el 1015 y el 1439. Su única torre campanario que culmina a 142m de altura. La Cathédrale de Notre Dame de Estrasburgo sufrió las consecuencias de la rivalidad franco-alemana durante el asedio de 1871 y de los horrores de la Segunda Guerra Mundial durante los bombardeos de la aviación aliada de 1944.
Uno de los edificios más emblemáticos de esta plaza, además de la Catedral, es la Maison Kammerzell, que data de 1427 y fue construida con entramados de madera representando figuras sagradas y profanas. Actualmente es un restaurante.
Junto a la plaza de la catedral encontramos el Palais Rohan, la antigua residencia de los príncipes-obispos y cardenales de la Casa de Rohan, una antigua familia noble francesa originaria de Bretaña.
La place Kléber, cuyo nombre hace referencia al general Jean-Baptiste Kléber (1753) es la principal plaza de la ciudad de Estrasburgo y centro neurálgico del área comercial. En ella ponen el tradicional Sapin de Nöel.
Aquí, en Estrasburgo, culmina nuestro paseo por la Alsacia francesa. Para volver a España teníamos que coger el avión de nuevo en la ciudad alemana de Baden-Baden, de la misma manera que llegamos y que podéis leer en el post anterior Colmar & Riquewirh.
Esperamos que os haya gustado nuestra pequeña aportación. Solo añadir que nos encantaría volver a seguir conociendo más pueblos alsacianos y la Selva Negra.
Cristina & Alba