Ávila

Dejando Segovia atrás, nuestra segunda parada fue Ávila. Ávila es conocida por sus famosas murallas medievales de estilo románico que rodean la ciudad. A día de hoy siguen intactas. A principios del siglo VIII, Ávila fue derrotada e invadida por los musulmanes hasta su reconquista cristiana en el siglo XI.

Nuestro alojamiento (Hostal Restaurate Puerta del Alcázar) estaba justo enfrente de la entrada principal de la muralla, una ubicación perfecta para moverte por el centro histórico. Tras soltar las maletas en el hotel nos dirigimos a la muralla para hacer todo el recorrido por ella. Su precio es de 5€ por persona y está incluido el audioguía.

Es impresionante como estas murallas defensivas siguen en perfecto estado después de tantos siglos y sucesos ocurridos. Merece la pena visitarlas, tanto caminando por ellas, donde nos va ofreciendo diferentes puntos de vista de la ciudad, como rodeándolas. Cuenta con 87 torreones y 9 puertas.

La Catedral está integrada en la muralla, considerándose la primera catedral gótica de España. En la época de su construcción tenía función de templo y fortaleza. Está rodeada de varias casas y palacios señoriales.

La muralla consta de 9 puertas: Puerta del Alcázar, Puerta del peso de la harina,  Puerta de San Vicente,  Arco del Mariscal, Puerta del Carmen, Puerta de la malaventura, Puerta de la Santa, Puerta del rastro y Puerta del puente.

Puerta del Carmen. Su nombre proviene de un antiguo convento carmelita situado allí, antes de que se convirtiese en Cárcel Provincial y luego en Archivo Histórico Provincial.

Puerta del Alcázar. Es el elemento más impresionante de toda la muralla, con sus dos grandes torreones que sirven para reforzar la defensa del acceso. Se dice que antiguamente existía un foso.

Junto a la Puerta del Alcázar encontramos la escultura de Santa Teresa de Jesús, su autor Juan Luis Vassallo Parodi la representa esculpida en un bloque de piedra blanca de veinte toneladas, y dos metros de altura, acompañada por unos ángeles. Se trata de un homenaje a la literatura de la Santa.

Después de recorrer toda la muralla y bajo ese sol abrasador… ¡sí! pasamos mucho calor, fuimos a reponer fuerzas. A los pies de la muralla y nuestro alojamiento hay varios bares o restaurantes y como no, probamos el típico plato abulense, el chuletón de Ávila. El menú constaba de bebida, tres entrantes, el chuletón y postre.

Los entrantes eran cazuelitas de judías del Barco, papas revolconas y sopa Castellana. El chuletón aunque la foto engaña mucho por la mala perspectiva que hice, pero ¡era enorme! eso si arrasamos con él. Y de postre unos vasitos de tarta de queso. Menú completísimo y riquísimo para dos personas por 35€.

Después de toda la comilona seguimos recorriendo el centro histórico, haciendo parada en el Convento de Santa Teresa de Jesús. Santa Teresa nace en Ávila en 1515, en una casa señorial. Desde muy pequeña mostró interés por las vidas de los santos. A los 6 años  intentó fugarse con su hermano Rodrigo para convertirse en mártir, pero fue descubierta por su tío cerca de las murallas. A medida que se hacía mayor, se engrandece su interés por la vocación religiosa, llegando a fundar la Orden de Carmelitas Descalzos.

El convento fue inaugurado en 1636, es de estilo barroco y está levantado sobre la casa natal de Teresa de Jesús, bajo la orden de los Carmelitas Descalzos. Por debajo, está la gran cripta abovedada de enterramientos y el actual museo teresiano.

Nosotros no pagamos entradas, intentamos organizarnos para ir en el horario de visita gratuita.

Paseando por la Plaza Mayor nos encontramos con una concentración de personas que estaban celebrando el Año Jubilar Teresiano, una ceremonia religiosa.

Antes de acabar el día fuimos al Humilladero de Los Cuatro Postes. Es un monumento religioso. Los habitantes de la ciudad decidieron agradecer así el fin de la epidemia de peste que había asolado Ávila en el año 1157. Se cuenta que fue en este lugar donde descubrieron a Teresa con su hermano escapando, (os lo he contado anteriormente). Lo cierto es que es un sitio privilegiado para contemplar las maravillosas vistas de la ciudad amurallada, un mirador muy recomendable si visitáis la ciudad.

Aquí se acabo nuestro viaje, pero antes de volver a casa pasamos un par de días en Madrid. No haremos ningún post de momento ya que no fue una visita turística ni cultural, tan sólo disfrutamos de pasear por sus calles y tiendas.

¡Esperamos que os guste y nos vemos en el siguiente post!

 

Cristina.